En su reciente artículo The Bullshit Asymmetry Principle (El principio de asimetría de las mentiras), Clive Bates, de Counterfactual Consulting, desafía la falsa aseveración de que los sabores en cigarrillos electrónicos atrapan a los infantes.
De acuerdo con la ley de Brandolini, para refutar aseveraciones sencillas pero falsas de activistas a menudo se requieren argumentos complejos. Mediante cinco preguntas y sus respuestas, Bates demuestra ampliamente que los sabores en cigarrillos electrónicos NO atrapan a los niños.
- ¿Los sabores ocasionan el consumo de tabaco o nicotina entre los jóvenes? No. Las estadísticas muestran que, independientemente de los sabores, el vapeo es un hábito muy usual entre adolescentes que ya de por sí son propensos al consumo de tabaco.
- Entonces, ¿qué ocasiona que los jóvenes consuman tabaco o nicotina? Los atributos de la persona y sus circunstancias (no las características de los productos del tabaco).
- ¿Qué usarían los adolescentes en lugar de vapeadores? Puesto que la demanda subyacente se mantiene, los adolescentes interesados en la nicotina seguramente volverían al consumo de cigarrillos, cigarros u otros productos del tabaco.
- ¿Cómo funcionaría una prohibición de los sabores? Las prohibiciones cambian el ámbito del suministro… casi nunca para bien. La producción informal ocasionaría riesgos; los atajos y el suministro ilícito podrían hacer que los adolescentes entren en contacto con redes criminales. Incluso un pequeño repunte del tabaquismo anularía cualquier posible beneficio de la reducción del vapeo entre adolescentes.
- ¿Cuál es la situación real del vapeo entre jóvenes? Hay dos grandes patrones del vapeo juvenil, así como dos comportamientos en juego: el consumo frívolo y experimental (un uso efímero e infrecuente) y el consumo decidido de la nicotina (adolescentes que, en otras circunstancias, consumirían cigarrillos u otros productos del tabaco).
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