Deje de fumar cigarrillos por completo o cambie a un producto de nicotina menos dañino. Las opciones incluyen cigarrillos electrónicos, nicotina oral o tabaco sin humo, productos de tabaco calentados (calentar para no quemar) o productos farmacéuticos (por ejemplo, inhaladores, pastillas, parches y goma de mascar de nicotina).
sí. Cuatro elementos de evidencia sugieren que los cigarrillos electrónicos son efectivos para ayudar a las personas a dejar de fumar:
A todos los efectos prácticos, los cigarrillos electrónicos muestran una reducción del daño del 95 al 99% en comparación con los cigarrillos. La exposición a la nicotina en sí no es especialmente dañina y está mayormente bajo el control del usuario a través de la "titulación": fumar o vapear de una manera que proporcione la dosis de nicotina deseada.
El consumo de nicotina no está totalmente libre de riesgos y puede provocar dependencia. Sin embargo, sus beneficios superan con creces el riesgo de fumar. La nicotina tiene efectos similares a la cafeína que se encuentra en el café. No hay evidencia de que la nicotina cause un riesgo sustancial de cáncer y el riesgo de enfermedad cardiovascular es mínimo. Es el humo, no la nicotina, el responsable de casi todas las muertes y enfermedades prematuras. La mayoría de las personas pueden consumir nicotina de manera segura, con terapia de reemplazo de nicotina (NRT) como chicle, inhaladores, pastillas, aerosoles o parches. Sin embargo, las mujeres embarazadas deben evitar la nicotina, ya que puede tener un efecto negativo en el desarrollo fetal.
En aquellos países donde la THR es reconocida y proporcionada, existe una regulación basada en el riesgo, se han demostrado importantes beneficios netos para la salud pública. Por ejemplo, en el Reino Unido, los cigarrillos electrónicos se han convertido en el método preferido para dejar de fumar. En Suecia, un número significativo de personas reemplazó fumar cigarrillos con "snus" (un producto sueco de tabaco sin humo). La prevalencia del tabaquismo ha disminuido hasta un 6%, mientras que la media en la UE sigue rondando el 26%.
THR enfrenta muchas barreras en sus esfuerzos por reducir los daños y salvar vidas. La mayoría de las barreras comienzan con percepciones erróneas y una regulación desproporcionada del tabaco. Por ejemplo, la no diferenciación entre productos de nicotina combustibles y no combustibles genera confusión entre los consumidores. Los informes de los medios engañosos exacerban las percepciones erróneas.